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Pier Paolo Passolini: “El cine expresa la realidad mediante la realidad”  

En los últimos años la diversidad se ha ido visibilizando cada vez más en las producciones audiovisuales. Tanto el cine como las series han ido incluyendo en sus narrativas, guiones y personajes, realidades en las que la diversidad se visibiliza y se pone en el centro de la trama. Solo hay que echar un vistazo a los roles que ocupaban los personajes femeninos hace dos décadas y compararlos con las representaciones actuales para denotar un cambio de fondo. Además, realidades como la diversidad de capacidades, la diversidad étnica y cultural, y las múltiples identidades y orientaciones sexuales que existen, han ido haciéndose hueco en las carteleras de los cines y de las plataformas digitales.

A la par, en la última década hemos podido ver un cambio que no solo afecta a la esfera de la representación, sino que es un importante avance en la propia esfera de la producción, y es que las mujeres han ido obteniendo los debidos reconocimientos en las galas donde se premian anualmente las mejores creaciones del séptimo arte. Desde que Kathryn Bigleow fuese la primera mujer en ganar el Oscar de Dirección en 2010 rompiendo una gran barrera, ya han sido tres las mujeres premiadas con la estatuilla. Todavía queda mucho por hacer y la igualdad está lejos de alcanzarse, pero el camino está iniciado y es irreversible.

No podemos afirmarlo sin estudios cuantitativos en la mano, pero es plausible pensar que el aumento de la diversidad en la esfera de la producción ha influido, junto con otras variables como la globalización, el auge de determinados movimientos, etc., en la creciente diversidad que las representaciones cinematográficas están experimentando. Y es que las personas contamos la realidad desde el punto de vista experiencial que nos toca vivir, cuantos más actores diversos tengan los medios para expresarse y llevar a cabo producciones donde puedan desarrollar narrativas con sus inquietudes y sus perspectivas, más policromada será la realidad que se representa y por lo tanto más real, ya que la realidad es naturalmente diversa.

De la excepción a la normalidad

Si en los últimos años hemos dado importantes avances, este año merece un renglón especial y por ello es por lo que en +Diversity hemos decidido cerrar este 2022 celebrando que la diversidad ha ocupado un lugar central en las alfombras rojas. Y es que este año ha sido especialmente prolífico para las directoras femeninas. 

La directora Sian Heder obtenía el Oscar a la mejor película, con una producción que además pone en el centro la diversidad de capacidades Coda, mientras que una deslumbrante Jane Campion hacía historia al convertirse en la primera mujer en ganar su segunda estatuilla como mejor directora con El Poder del Perro.

Además, en los festivales europeos las mujeres también han sido las protagonistas y es que este año la Concha de Oro del Festival de San Sebastián ha sido para Laura Mora con Los reyes del mundo. En Venecia, Laura Poitras obtuvo el León de Oro con All the Beauty and the Bloodshed y en la Berlinale Alcarrás de Carla Simón se llevó el Oso de Oro.

Aparte de los logros obtenidos, otro ejemplo de que nuestra sociedad reconoce la diversidad como un valor innegable son las iniciativas llevadas a cabo por los distintos organismos que evalúan las obras cinematográficas. La academia de Hollywood ha decretado que a partir de 2025 las películas que quieran optar por los galardones de mayor prestigio deberán incluir la diversidad racial y de género en sus producciones tanto en el ámbito de la representación como entre los integrantes que forman parte del proyecto. En el ámbito nacional cabe destacar el premio creado por RTVE, “Otra Mirada”, dentro de los galardones del festival de San Sebastián, que premia un cine que visibilice la diversidad de género.

Desde +Diversity valoramos enormemente estos avances y la creación de estas iniciativas ya que consideramos que el medio audiovisual tiene una gran potencia comunicativa y tanto el cine como las series son dispositivos con gran capacidad para crear imaginarios colectivos, para generar identificación y empatía. Y es que visibilizar la realidad diversa de la humanidad es el primer paso para normalizarla y ser capaces de enriquecernos con todo el valor que nos aporta.