Peter Drucker  “La mejor manera de predecir el futuro es crearlo”

El ser humano es un ser único. Somos capaces de llevar a cabo las más increíbles hazañas siendo nuestra decisión conducir nuestro potencial hacia los actos más altruistas o hacia los más oscuros designios. Pero si una cosa podemos tener clara es que nuestra capacidad de resiliencia, superación e innovación ante las dificultades es algo único y genuino. En +Diversity nos gusta centrarnos en la primera faceta, y es que conocemos miles de historias extraordinarias que han hecho de este mundo un lugar mejor. 

Nos encontramos en uno de los momentos más trascendentales de la humanidad, una encrucijada sin precedentes debida a distintos factores: una crisis ecosistémica que se nos presenta como un reto que requiere de nuestra mayor capacidad e inteligencia para transitar hacia un modo de vida que esté en armonía con los ciclos y las posibilidades de la naturaleza; una crisis energética y la necesaria transición hacía nuevas fuentes renovables y no contaminantes; una sociedad global de creciente complejidad que exige una genuina gestión de la diversidad para que convivamos respetando todas las identidades existentes y que puedan ir floreciendo; una creciente digitalización de la economía y automatización de las esferas de producción sumada a una inteligencia artificial que se presenta como una gran oportunidad pero que tiene el desafío de distribuir sus ventajas para beneficiar a la mayoría; y una revolución digital en los sistemas de comunicación que antropológicamente todavía no hemos conseguido digerir.

Ante los grandes retos que se presentan, necesitamos todo el talento y el capital humano posible orientado a aportar su capacidad a la noble causa de conducir nuestro destino hacia sus más virtuosas coordenadas.

El pasado mes de noviembre, CINFA y +DIVERSITY organizamos unas jornadas en Irisarriland, Navarra, en la que participaron altos directivos y directivas de muy diversos ámbitos profesionales. Un espacio creado para que la diversidad de pensamiento generara propuestas para un nuevo liderazgo.

De la mano de Mercè Brey, socia fundadora de +Diversity y Juan Goñi, director general de Cinfa, las personas que participaron fueron invitadas a reflexionar sobre cómo el liderazgo en las organizaciones puede contribuir a generar ese cambio que queremos ver en el mundo: una sociedad más sostenible, equitativa y justa. 

Durante los tres días de las jornadas se pudo pensar sin prisas, sin pretensiones, sin objetivos concretos, saliendo de la inercia habitual para atender a esa otra parte nuestra más olvidada, la que ES y SIENTE, generando un espacio exento de prejuicios y de ataduras, desde el que fluir, en plena libertad. 

De las conversaciones y debates surgieron aspectos tan sugerentes e inspiradores como estos:

Liderar es crear contextos

En primer lugar, ¿Qué entendemos por liderazgo? Pues, sin duda, la capacidad de crear contextos. Siendo esa habilidad que una persona que lidera desarrolla para generar escenarios de posibilidad, donde se den las condiciones adecuadas para llevar a cabo un propósito, una visión, mediante una estrategia y estructura que sirvan de inspiración e insten al compromiso de las personas del equipo. 

Desarrollar un liderazgo transformador, centrado en la persona, es tener el talento para inspirar procesos acordes a los objetivos delineados, construyendo un entorno relacional donde cada persona se sienta reconocida y donde la totalidad sea mucho más que la suma de las partes. 

Es también, generar la confianza necesaria para que cada integrante del equipo pueda desarrollar su máximo potencial y en la que el aprendizaje se pueda dar de manera multidireccional. En definitiva, desarrollar un marco relacional en el que la diferencia sume.

El poder es la energía de posibilidad

El poder es un atributo denostado, asociado a la ambición personal, a la opresión de otros. Nuestra sociedad lo ha considerado una cualidad corrupta y corruptora. Es preciso deconstruir esta concepción pues el poder es una herramienta fundamental para llevar a cabo cualquier acción. “Lo hago porque puedo” sería la expresión que podría resumir este concepto. 

El poder, según esta visión, es un elemento clave para transformar, para poder influir en nuestro entorno y crear marcos de posibilidad disruptivos. Si el poder es necesario para satisfacer la ambición, lo es mucho más para transformar, en un sentido respetuoso y equitativo, los entornos de influencia de la persona líder. 

Liderar tiene una parte dolorosa

Renuncias en el ámbito privado, soportar altas dosis de estrés, ansiedad y presión; acumular responsabilidades, acatar directrices no acordes con los propios valores, etc. Sin duda liderar conlleva grandes satisfacciones, pero también genera dolor, dolor cuando nos vemos encorsetados, encorsetadas, en unos roles de estructuras que parecen tener vida propia. 

Pararnos, observar nuestra realidad desde afuera, reflexionar sobre la distancia que existe entre lo que querríamos fomentar y la lógica realmente existente en el entorno en el que nos desenvolvemos, centrarnos en aquello que está en nuestras manos para cambiarlo. También asumir que nuestras capacidades no son infinitas, tener autocompasión, querernos y sabernos perdonar. 

Y de estos aspectos surgieron, a su vez, algunas conclusiones: 

La persona que lidera precisa sanar sus heridas para recobrar el equilibrio y tomar consciencia de que está inmersa en una estructura que le condiciona pero que no le determina, un entorno donde está llamado, llamada, a ejercer su influencia. 

Liberarse de ataduras invisibles para crear contextos donde ejercer todo su poder. 

En pocos meses, una segunda edición, donde seguiremos profundizando e instando a las personas que lideran a que ejerzan todo su poder transformador para co-crear una sociedad más diversa, equitativa y sostenible.